Hace exactamente diez años los venezolanos de convicción, los venezolanos que sentimos y amamos profundamente esta tierra donde nacimos, presenciamos uno de los peores acontecimientos en la historia reciente de nuestra República como lo fue el Golpe de Estado perpetrado por la ultraderecha fascista contra el Comandante Hugo Chávez, la revolución bolivariana y el pueblo soberano.
Se trató de todo un plan conspirativo que inició con manifestaciones de la clase oligarca, que para ese entonces hacía vida dentro de nuestra máxima industria petrolera (PDVSA) ocupando puestos gerenciales, supervisores, técnicos, operadores, entre otros conocidos como la Nómina Mayor, la cual bajo el pretexto de “la defensa de la meritocracia” ejercían presión y acción desestabilizadora contra el gobierno revolucionario del presidente Hugo Chávez que adoptaba medidas en beneficio del soberano a través de Ley Habilitante.
Esa misma clase oligarca ultraderechista estaba alineada con grupos de poder económico como son la mayoría de los medios de comunicación social golpistas del país (Globovisión, Venevisión, RCTV, Televen, CMT, RCR, Unión Radio, El Nacional, El Universal, Tal Cual, entre otros) así como también con el grupo empresarial de FEDECAMARAS, la cúpula sindicalista de la CTV, los máximos jerarcas diabólicos del Clero, el Alto Mando Militar de ese entonces, una minoría de fascistas de clase media desatados en las calles caraqueñas y no pudo faltar el apoyo de agentes externos provenientes principalmente de Estados Unidos, Colombia, España, entre otros; los cuales giraban instrucciones a los golpistas en su accionar.
Esos aciagos días del 11 y 12 de abril de 2002, representaron sin duda alguna momentos terribles, momentos de angustia, tristeza, rabia, dolor, indignación puesto que el fascismo se impuso en su máxima expresión.
Los golpistas de abril generaron confusión y terror entre la población venezolana fueron los que guiaron a los manifestantes fascistas que protestaban en el este de Caracas hasta el centro de la capital en los alrededores del Palacio de Miraflores donde la multitud revolucionaria se concentraba en defensa de la democracia, del proyecto revolucionario y por supuesto del Comandante Hugo Chávez. Fue allí donde los golpistas generaron los primeros actos de violencia que ocasionaron la muerte de varios venezolanos producto de certeros disparos en la cabeza provenientes de francotiradores apostados en las azoteas de los edificios.
Apoyados en algunos cuerpos de seguridad del Estado como PTJ, DISIP, Policía Metropolitana, Policía de Baruta, Policía de Chacao, PoliMiranda, los cuales se habían convertido en una especie de comandos subversivos contra el gobierno legítimamente constituido; los golpistas ordenaban reprimir al pueblo, ejecutar allanamientos ilegales, persecuciones, detenciones, intimidaciones y cualquier acción brutal propia de las dictaduras más crueles y fascistas en la historia como las de Franco en España y Hitler en Alemania.
Durante 48 horas pudimos observar las acciones brutales del gobierno dictatorial de Pedro Carmona Estanga “El Breve”, hoy prófugo de la justicia y asilado en Colombia. Ese gobierno autodenominado “de transición democrática y unidad nacional” mostró su verdadero rostro, sus verdaderas intenciones muy alejadas de los principios y valores de la democracia; en tan poco tiempo y por vía de decreto disolvieron todos los poderes legalmente constituidos, cerraron los medios de comunicación estatal como VTV y RNV. Ese gobierno fascista instaurado y apoyado por los militares traidores integrantes del Alto Mando Militar de entonces, habían hecho prisionero al presidente constitucional Hugo Chávez , pretendían un magnicidio, fue llevado a la Isla La Orchila en contra de su voluntad y coaccionado para firmar la renuncia que nunca aceptó y que la canalla mediática daba por hecho en sus transmisiones para generar mayor caos y zozobra entre la población.
Sin embargo, la fuerza de un pueblo aguerrido, con gallardía, valentía y sin miedo salió a las calles de toda Venezuela a romper con el cerco mediático y a enfrentar las barbaridades cometidas por los golpistas que empezaban a salir corriendo, huían como ratas en cloacas. De los cerros caraqueños bajaron y bajaron miles de venezolanos y recorrieron avenidas y autopistas, de los pueblos y ciudades de todo el país también lo hicieron y se concentraron en los alrededores de fuertes, destacamentos, comandos, brigadas y demás instalaciones militares exigiendo a viva voz a la Fuerza Armada Nacional el inmediato restablecimiento del orden constitucional que había sido violado por los grupos golpistas de la oposición, este llamado fue escuchado y el 13 de abril se emprendió la operación de rescate al presidente electo democráticamente 4 años atrás y relegitimado en el año 2000 tras la aprobación de la nueva Constitución de la República de 1999.
Fue una operación exitosa nuestro Comandante Chávez había sido rescatado por los militares leales y el pueblo bolivariano para ser restablecido en sus funciones como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. En la madrugada del 14 de abril ofreció un mensaje a la nación en la búsqueda de soluciones pacíficas y democráticas a cualquier crisis o conflicto que se genere en el país, nuevamente hizo un llamado a la reflexión, al diálogo sincero y a la reconciliación, reconoció que rectificaría donde habría que hacerlo. Sin embargo, la oposición oligarca se mantuvo por el sendero antidemocrático y en diciembre de ese mismo año intentaban un nuevo golpe de Estado e iniciaron una huelga petrolera extendida hasta febrero de 2003 que generó multimillonarias pérdidas a la nación y además la angustia e incertidumbre de todos los venezolanos, la misma fue propiciada desde la cúpula sindical de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) presidida por el fugitivo Carlos Ortega, la cúpula empresarial de FEDECAMARAS dirigida por el burgués Carlos Fernández y la autodenominada Coordinadora Democrática que reunía a todos los factores golpistas de la oposición.
Hoy 10 años después de aquellas acciones fascistas nos permiten tener una visión más amplia, una conciencia y madurez política y nos obliga a estar firmes y preparados frente a cualquier plan o acción desestabilizadora que intentan promover los sectores de la oposición fascista.
Esos grupos fascistas de ultraderecha son los mismos que hoy, reunidos en la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) presentan al capo Henrique Capriles Radonski como candidato de la oposición a la Presidencia de la República en las próximas elecciones del 7 de Octubre. Es el mismo sujeto que participó activamente en el golpe de Estado, fue quien comandó y ordenó a la turba fascista el asedio contra la Embajada de Cuba y sus representantes en Venezuela, participó en la llamada cacería de brujas contra el ex- ministro de Interior y Justicia Ramón Rodríguez Chacín y otros funcionarios del gobierno revolucionario, ha sido autor de varias guarimbas en años posteriores junto al nazista Leopoldo López ex- alcalde de Chacao, ha estado involucrado en actos de corrupción durante su administración en la alcaldía de Baruta.
En otras palabras, la ultraderecha presenta hoy un candidato con alarmante prontuario apegado a los antivalores democráticos ofreciendo un discurso disfrazado que la mayoría de los venezolanos no creemos y no nos dejaremos engañar porque los venezolanos con profundos ideales, con madurez política y conciencia revolucionaria no comemos cuento. Ese discursito del ”autobús del progreso” no es más que el conjunto de políticas neoliberales tradicionales aplicadas en la IV República y emanadas del imperio estadounidense.
Nuestro Comandante Hugo Rafael Chávez Frías es garantía de paz y en este proyecto de país socialista está la clave para seguir transitando el camino de la democracia participativa y protagónica, el camino de la inclusión social, la justicia, el bienestar colectivo, el debate político, el crecimiento y desarrollo económico, social y cultural de nuestra patria... la que el Libertador Simón Bolívar soñó!!!
Este 7 de octubre tenemos una nueva batalla que dar, sin caer en triunfalismo estoy plenamente convencido de que la victoria será nuestra!
Se trató de todo un plan conspirativo que inició con manifestaciones de la clase oligarca, que para ese entonces hacía vida dentro de nuestra máxima industria petrolera (PDVSA) ocupando puestos gerenciales, supervisores, técnicos, operadores, entre otros conocidos como la Nómina Mayor, la cual bajo el pretexto de “la defensa de la meritocracia” ejercían presión y acción desestabilizadora contra el gobierno revolucionario del presidente Hugo Chávez que adoptaba medidas en beneficio del soberano a través de Ley Habilitante.
Esa misma clase oligarca ultraderechista estaba alineada con grupos de poder económico como son la mayoría de los medios de comunicación social golpistas del país (Globovisión, Venevisión, RCTV, Televen, CMT, RCR, Unión Radio, El Nacional, El Universal, Tal Cual, entre otros) así como también con el grupo empresarial de FEDECAMARAS, la cúpula sindicalista de la CTV, los máximos jerarcas diabólicos del Clero, el Alto Mando Militar de ese entonces, una minoría de fascistas de clase media desatados en las calles caraqueñas y no pudo faltar el apoyo de agentes externos provenientes principalmente de Estados Unidos, Colombia, España, entre otros; los cuales giraban instrucciones a los golpistas en su accionar.
Esos aciagos días del 11 y 12 de abril de 2002, representaron sin duda alguna momentos terribles, momentos de angustia, tristeza, rabia, dolor, indignación puesto que el fascismo se impuso en su máxima expresión.
Los golpistas de abril generaron confusión y terror entre la población venezolana fueron los que guiaron a los manifestantes fascistas que protestaban en el este de Caracas hasta el centro de la capital en los alrededores del Palacio de Miraflores donde la multitud revolucionaria se concentraba en defensa de la democracia, del proyecto revolucionario y por supuesto del Comandante Hugo Chávez. Fue allí donde los golpistas generaron los primeros actos de violencia que ocasionaron la muerte de varios venezolanos producto de certeros disparos en la cabeza provenientes de francotiradores apostados en las azoteas de los edificios.
Apoyados en algunos cuerpos de seguridad del Estado como PTJ, DISIP, Policía Metropolitana, Policía de Baruta, Policía de Chacao, PoliMiranda, los cuales se habían convertido en una especie de comandos subversivos contra el gobierno legítimamente constituido; los golpistas ordenaban reprimir al pueblo, ejecutar allanamientos ilegales, persecuciones, detenciones, intimidaciones y cualquier acción brutal propia de las dictaduras más crueles y fascistas en la historia como las de Franco en España y Hitler en Alemania.
Durante 48 horas pudimos observar las acciones brutales del gobierno dictatorial de Pedro Carmona Estanga “El Breve”, hoy prófugo de la justicia y asilado en Colombia. Ese gobierno autodenominado “de transición democrática y unidad nacional” mostró su verdadero rostro, sus verdaderas intenciones muy alejadas de los principios y valores de la democracia; en tan poco tiempo y por vía de decreto disolvieron todos los poderes legalmente constituidos, cerraron los medios de comunicación estatal como VTV y RNV. Ese gobierno fascista instaurado y apoyado por los militares traidores integrantes del Alto Mando Militar de entonces, habían hecho prisionero al presidente constitucional Hugo Chávez , pretendían un magnicidio, fue llevado a la Isla La Orchila en contra de su voluntad y coaccionado para firmar la renuncia que nunca aceptó y que la canalla mediática daba por hecho en sus transmisiones para generar mayor caos y zozobra entre la población.
Sin embargo, la fuerza de un pueblo aguerrido, con gallardía, valentía y sin miedo salió a las calles de toda Venezuela a romper con el cerco mediático y a enfrentar las barbaridades cometidas por los golpistas que empezaban a salir corriendo, huían como ratas en cloacas. De los cerros caraqueños bajaron y bajaron miles de venezolanos y recorrieron avenidas y autopistas, de los pueblos y ciudades de todo el país también lo hicieron y se concentraron en los alrededores de fuertes, destacamentos, comandos, brigadas y demás instalaciones militares exigiendo a viva voz a la Fuerza Armada Nacional el inmediato restablecimiento del orden constitucional que había sido violado por los grupos golpistas de la oposición, este llamado fue escuchado y el 13 de abril se emprendió la operación de rescate al presidente electo democráticamente 4 años atrás y relegitimado en el año 2000 tras la aprobación de la nueva Constitución de la República de 1999.
Fue una operación exitosa nuestro Comandante Chávez había sido rescatado por los militares leales y el pueblo bolivariano para ser restablecido en sus funciones como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. En la madrugada del 14 de abril ofreció un mensaje a la nación en la búsqueda de soluciones pacíficas y democráticas a cualquier crisis o conflicto que se genere en el país, nuevamente hizo un llamado a la reflexión, al diálogo sincero y a la reconciliación, reconoció que rectificaría donde habría que hacerlo. Sin embargo, la oposición oligarca se mantuvo por el sendero antidemocrático y en diciembre de ese mismo año intentaban un nuevo golpe de Estado e iniciaron una huelga petrolera extendida hasta febrero de 2003 que generó multimillonarias pérdidas a la nación y además la angustia e incertidumbre de todos los venezolanos, la misma fue propiciada desde la cúpula sindical de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) presidida por el fugitivo Carlos Ortega, la cúpula empresarial de FEDECAMARAS dirigida por el burgués Carlos Fernández y la autodenominada Coordinadora Democrática que reunía a todos los factores golpistas de la oposición.
Hoy 10 años después de aquellas acciones fascistas nos permiten tener una visión más amplia, una conciencia y madurez política y nos obliga a estar firmes y preparados frente a cualquier plan o acción desestabilizadora que intentan promover los sectores de la oposición fascista.
Esos grupos fascistas de ultraderecha son los mismos que hoy, reunidos en la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) presentan al capo Henrique Capriles Radonski como candidato de la oposición a la Presidencia de la República en las próximas elecciones del 7 de Octubre. Es el mismo sujeto que participó activamente en el golpe de Estado, fue quien comandó y ordenó a la turba fascista el asedio contra la Embajada de Cuba y sus representantes en Venezuela, participó en la llamada cacería de brujas contra el ex- ministro de Interior y Justicia Ramón Rodríguez Chacín y otros funcionarios del gobierno revolucionario, ha sido autor de varias guarimbas en años posteriores junto al nazista Leopoldo López ex- alcalde de Chacao, ha estado involucrado en actos de corrupción durante su administración en la alcaldía de Baruta.
En otras palabras, la ultraderecha presenta hoy un candidato con alarmante prontuario apegado a los antivalores democráticos ofreciendo un discurso disfrazado que la mayoría de los venezolanos no creemos y no nos dejaremos engañar porque los venezolanos con profundos ideales, con madurez política y conciencia revolucionaria no comemos cuento. Ese discursito del ”autobús del progreso” no es más que el conjunto de políticas neoliberales tradicionales aplicadas en la IV República y emanadas del imperio estadounidense.
Nuestro Comandante Hugo Rafael Chávez Frías es garantía de paz y en este proyecto de país socialista está la clave para seguir transitando el camino de la democracia participativa y protagónica, el camino de la inclusión social, la justicia, el bienestar colectivo, el debate político, el crecimiento y desarrollo económico, social y cultural de nuestra patria... la que el Libertador Simón Bolívar soñó!!!
Este 7 de octubre tenemos una nueva batalla que dar, sin caer en triunfalismo estoy plenamente convencido de que la victoria será nuestra!
NO PODEMOS BORRAR NUESTRA MEMORIA, ESTÁ PROHIBIDO OLVIDAR!!!
TODO 11 TIENE SU 13... VIVIREMOS Y VENCEREMOS!!!
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